Capítulo 988 Llevando a Ana a Ciudad A
Cuando por fin dejamos el pueblo fuera de nuestra vista, escuché a Ana soltar un suspiro de alivio; en lugar de sentirse triste, la niña parecía estar tranquila por dejar a sus padres. Se me formó un nudo en el corazón al darme cuenta. Una vez que entramos a la autopista hubo mejor recepción de teléfono y los mensajes de Álvaro aparecieron en mi pantalla, me preguntaba cómo estaba y qué estaba haciendo. Lo llamé y contesté enseguida:
—¿Por qué no había podido localizarte en todo el día? ¿Con quién estás y en dónde? —preguntó con preocupación.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread