Capítulo 904 «Con dinero baila el perro»

Cuando desperté, pensé que estaría en una fábrica abandonada, pero para mi sorpresa, estaba en una habitación limpia y parecía que alguien había estado ahí antes. Me levanté de la cama y caminé hacia la sala. No había nadie, pero pude escuchar las oraciones de una mujer en otra habitación. Me acerqué a ella y me detuve frente a la entrada. Pude ver unas cuantas estatuas y libros en Sanscrito en una habitación llena de humo. Dentro, pude ver a Teresa hincada con las manos juntas mientras oraba. En cuanto la vi, supe que huir era imposible, así que regresé a la sala de estar y me senté en el piso. El departamento tenía tres habitaciones y una sala. Ella estaba en una de las habitaciones y utilizaba la otra para sus oraciones mientras usaba la tercera como almacén.   En la sala no había nada más que una mesita de café y no se sentía ni un poco acogedor. Laura me contó una vez que Teresa tenía alrededor de cuarenta años, pero no estaba casada y vivía sola. Al ver que el departamento estaba casi vacío, imaginé que no tenía una pareja y en efecto vivía sola.