Capítulo 201 Un visitante repentino
—¡Para proveerte a ti y a nuestro bebé! —dijo Álvaro con una gran sonrisa. Fruncí mis labios y le regresé la carpeta, diciendo:
—No necesito dinero. El abuelo me dejó bastante y he ahorrado por estar trabajando en el Corporativo Ayala durante todos estos años. De todas maneras, ¡no tengo muchos gastos! —Álvaro pagaba todos mis gastos diarios como la comida, alojamiento y transporte. Además, como no tenía el hábito de ir de compras ni me daban impulsos repentinos por comprar cosas, gastaba muy poco dinero y Álvaro frunció al devolverle la carpeta.
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