Capítulo 1256 Amor ardiente

Mientras esas ideas llenaban mi mente no pude evitar observar a mis bebés y el dolor que sentía se intensificó; en sí no me asustaba la muerte pero la idea de su llegada inminente me asustaba bastante porque significaba que no podría ver a mis hijos crecer, en esos momentos deseaba que Dios escuchará mis plegarias y me diera un par de años más para poder disfrutarlos. Desde que su hijo fue secuestrado, Jonathan había mejorado el sistema de seguridad de su casa y revisó el mismo el historial de cada uno de sus empleados para asegurarse de que ningún extraño pudiera infiltrarse a la residencia de los Arias, así, todos estaríamos más relajados.   Una semana después de que regresamos, me enteré de que Rosa había dado a luz, como Nicolás siempre me había tratado como su hermana mayor, sabía que tenía que ir a visitarla, por eso, Emma me acompañó al hospital.