Capítulo 935 ¿Cómo pudo?
Cuando llegamos al hospital, Javier estaba llorando y Emilia batallaba para cargarlo en sus brazos. —Lo siento, Samara. Ha estado haciendo un alboroto desde que llegamos. —Me dijo mirándome, un poco apenada, antes de continuar: —Creo que debería llevarlo a la casa primero. Julio está en la escuela, pero tanto Zacarías como Camila se encuentran aquí. El doctor aún sigue revisando a Marisol, ¡pero no te preocupes mucho, tengo la fe de que todo estará bien! —Le asentí, urgiéndole que se marchara. Era entendible que un niño pequeño se sentiría incómodo en un clima tan frío y en medio de una atmósfera tan tensa.
Las enfermeras llevaron a Marisol en camilla hacia el cuarto de revisión, con Camila y Zacarías siguiéndoles de cerca. Mientras esperábamos, Camila comenzó a llorar. —Esto es mi culpa; debí haberla traído desde antes a consulta. La pobrecita había tenido algunos episodios de fiebre, pero siempre pensé que sólo eran por causa de una gripa o por el clima cambiante. Anoche le di la medicina de siempre, pensando que mejoraría después de tomarla, ¡pero comenzó a toser mucha sangre de repente esta mañana!
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