Capítulo 868 Tanto tiempo sin vernos
Sólo unos pocos segundos después, me di cuenta de que algo no concordaba. Me levanté con rapidez y salí del cuarto privado. Homero, por su parte, me persiguió, pero mi adrenalina me permitió salir de su alcance. Llegué al vestíbulo, el cual lucía justo como cuando entramos, incluso las personas que estaban en el área eran las mismas; sin embargo, en un instante, sentí posarse sobre mí las miradas combinadas de los muchachos que estaban jugando póker. «¿Coincidencia? Sí, como no».
Examiné el vestíbulo antes de girarme y llamar a Homero, quien apenas me estaba alcanzando. —Álvaro tenía mucha fe en ti; yo fui quién tenía sospechas sobre tu persona, así que decidí no bajar la guardia. No sé si los Montenegro pudieran llevarte a la quiebra, pero estoy segura de que, al menos, sí podrán dejarte humillado.
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