Capítulo 1366 Subasta de beneficencia
Para mi sorpresa, Heriberto me estaba esperando con paciencia cerca del elevador. Cuando entré, presionó el botón de inmediato y sostuvo la puerta para que pasara. Resultaba algo incómodo estar a solas con alguien que iba tras mi mejor amiga, aunque dicha persona fuera solo un joven. Él rompió el silencio del elevador hablando desde su posición recargado en la pared.
—Estoy muy seguro de que Emilia se hace la dura por fuera, pero, en realidad, es dulce por dentro. ¿Por qué otra razón escogería venir al País M a evitarme si sabe que conozco bien este lugar? Apuesto a que es su forma de darme una oportunidad sin darse cuenta de ello.
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