Capítulo 1418 ¿Cómo estás?
Emilia no parecía ser una mujer pretenciosa y estaba llorando tanto que hasta el maquillaje se le había corrido, al parecer algo le estaba afectando en verdad; entonces, se me acabaron las ideas para consolar a la abatida mujer, así que solo me quedaba una opción: mostrarles el camino hasta la casa. Una vez dentro, la mujer fue al baño, se retocó el maquillaje y recuperó la compostura; las sirvientas nos trajeron té y yo serví una taza para cada uno de nosotros. Emilia se encontraba sentada frente a mí y se veía ansiosa, parecía que temía que si parpadeaba, podría desaparecer de su vista. Dado que no la conocía y tampoco estaba acostumbrada a tener tanta atención en mí, solo le sonreí en disculpa y le entregué su taza de té.
—¿Cómo ha estado?
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