Capítulo 1040 Triste y arrepentido

Este hombre, quien ya estaba en sus años treinta y que tenía una altura de un metro setentainueve, empezó a llorar mientras hablaba con una apariencia adolorida y que daba lástima. —¿Tú crees que no sé qué debí haberla apreciado mejor? Pero desde que era un niño, nadie me había enseñado a cómo amar; pensé que dándole el mejor ambiente para vivir y una vida materialista era más que suficiente. Ella sabía bien que yo no me acercaba a ninguna de esas otras mujeres, ellas eran quienes se me lanzaban encima. Yo… Veía cómo sus lágrimas y mocarro ensuciaban el sofá y el piso; suspire con impotencia, y con un tono de voz más tranquilo le dije: —Está bien, entiendo por cuánto dolor estás pasando en este momento y sé que tú jamás hubieras querido que las cosas terminaran así, pero eso ya quedó en el pasado. Ella ha encontrado su hogar y ahora le toca vivir la vida que ella siempre quiso; Jonathan, nadie te culpa de nada. Pero deja de torturarte a ti mismo, ya que no hay manera de cambiar nada de esto. Cuando vuelvas a conocer a otra mujer que ames, solo asegúrate de decírselo y de darle un sentido de seguridad. No cargues contigo un momento y alejes el que sigue.