Capítulo 1202 Modales

El trayecto duró más de una media hora antes de que nos paráramos. Como magnate inmobiliario, la familia Suárez era dueña de un chalé que se localizaba en una bodega de vinos con el mejor paisaje a las afueras de la ciudad. Parecía un castillo cuando lo miraban de lejos. No eran ni las siete de la tarde, pero las luces decorativas ya estaban encendidas. Unos rayos de luz se reflejaban en las aguas de una fuente, danzando como hadas nocturnas, dándole un aire misterioso y solemne al castillo.  Los Ayala eran la familia más rica en la Ciudad J y su chalé era considerado decente incluso cuando se comparaba con los de la Ciudad K; sin embargo, ahora notaba la diferencia entre la Ciudad J y la Ciudad K después de ver en persona lo impresionante que era el chalé de la familia Suárez. Por otro lado, Jonathan, quien ya estaba acostumbrado a este tipo de paisajes, caminó sin fijarse hacia adentro, juntando nuestros brazos, mientras que Álvaro caminaba detrás de nosotros. Al entrar, vimos a Camila y Zacarías, quienes ya llevaban un tiempo desde que habían llegado; estaban conversando. Cuando notaron nuestra presencia, Camila se paró y se acercó a saludarnos: