Capítulo 109 El amor es ciego
Para sorpresa de nadie, Rebeca estaba ahí; llorando y quejándose como si alguien hubiera muerto.
—Álvaro, ¡Samara rompió todos los floreros que me compraste y hasta llamó a la policía! ¿Cómo pudo hacer eso? ¡Es malvada! —se quejó con molestia.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread