Capítulo 100 Hay que vivir una buena vida
Durante todo el trayecto ni uno de los dos dijo una sola palabra y para cuando llegamos al chalé, ya tenía bastante sueño. Álvaro me sacó del auto y me llevó directamente a la habitación, me recostó en la cama y dijo:
—No te duermas, deberías lavarte primero.
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