Capítulo 221 Odio y resentimiento

Me dolían las rodillas, me tomó bastante levantarme del suelo e ir de nuevo a la cama; de repente, otro trueno se escuchó y la lámpara de mi mesita se apagó. Toda la casa se había sumido en la oscuridad y lo único que podía escuchar eran los truenos del exterior; todo estaba oscuro, no podía ver nada y mi cuerpo comenzó a quedarse inmóvil al llegar los recuerdos de aquella terrible noche. Tenía los brazos y las piernas atados y aunque quería moverme no podía; entonces el miedo y la pena comenzaron a extenderse dentro de mí; en la habitación completamente a oscuras creí escuchar el llanto de un bebé, cada llanto era peor que el anterior.   Quería buscarlo pero sin importar lo que intentará hacer, no podía moverme del suelo, tampoco sabía que estaba pasando conmigo pero de repente, pensé en la muerte.