Capítulo 983 También lleva a mi hermana
Asentí pero mi mente seguía siendo un desastre. Una vez que los niños terminaron de comer el sol ya había desaparecido por completo en el horizonte; entonces, la mujer colocó algunos tapetes sobre el suelo de la pequeña casa y Braulio nos explicó que no tendríamos más remedio que quedarnos e irnos hasta el día siguiente. Boris tenía miedo de que me enfermara al estar ahí y obligó a la mujer a sacar todas las mantas y cobijas que tuvieran dentro de la casa, pero aun así tenía frío y terminé acostándome con los niños.
En medio de la noche, mis pies fríos me impedían dormir por completo, me hice bolita y en eso, escuché la voz de una persona:
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