—¿A dónde se dirigen? —preguntó Sergio de forma cortés mientras nos sonreía. Observar su comportamiento inusual bajo esas circunstancias hizo que se me detuviera el corazón por un momento. Norma y yo nos tomamos de las manos y lo miramos de forma persuasiva.
—Tenemos que salir de este lugar. Sergio, ¡por favor déjanos ir! —supliqué.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread