Capítulo 34 ¿Quieres uno?
Sin querer, me quedé en el estudio de Álvaro hasta en la noche. No sabía si era por el embarazo, pero no me daba hambre incluso después de no haber comido nada en todo el día. Sin embargo, sentía el estómago incómodo. Bajé las escaleras y husmeé por los gabinetes de la cocina para buscar algo de comer. Por fortuna, Estela me abasteció de comida. Luego de un tiempo, vi unos pepinos en el refrigerador y como me daba flojera cocinar, solo los lavé para comerlos en la cena. No me di cuenta cuando Álvaro regresó al chalé y no fue hasta que salí de la cocina con el pepino resbaladizo en la mano que lo vi sentado en la sala.
«¿Cuándo regresó?»
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