Capítulo 1228 Rehén

—Señora Arias, puede que seamos despiadados, pero no le haríamos daño a un bebé que ni siquiera ha cumplido un mes de vida —respondió con una sonrisa aterradora en su rostro.  No podía creer en lo que alguien como él me dijera, pero lo que me dijo Marco me dio seguridad, así que suspiré del alivio. Tenía que confiar en que no le harían daño a mi hijo, pero, aun así, el bebé era demasiado pequeño para viajar por el mundo con gente extraña. Al pensar en eso, sentí una punzada en el corazón. Respiré profundo para tranquilizarme antes de tomar el cuchillo de antes y se lo di al guardia. —Sabes qué hacer, ¿cierto? —pregunté.