Capítulo 307 Más de lo que parece
Levanté mi pierna en un ataque de ira y pateé a Álvaro de la cama. Sin darse cuenta, rodó y cayó a la alfombra, la cual acolchonó su caída. Al levantarse casi al instante, tenía una mirada de exasperación y diversión. El fuego ardiente que llevaba adentro parecía apagarse y con su mirada fijada en mí, gruñó:
—¡Tienes agallas, Samara!
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