Capítulo 757 Tomar compromisos

—Mmm… ya sé… Samara, eres hermosa —terminó su oración con un elogio, del cual no pude resistirme. Tengo la creencia de que una mujer no puede rechazar a un hombre que le hace tales elogios, sobre todo cuando han pasado una noche tan fantástica como la que tuvimos.  Tomé una gran bocanada de aire para poder ordenarme. Con mi voz ronca, me quejé— ¡Álvaro, bastardo! Sabes que ya no quiero hacerlo, y, aun así, insistes… —Pensé que sería el fin, pero resultó ser el inicio. Mi alma se elevaba y caía mientras la intensa presión me llevaba lejos de todos los límites que conocía. Durante el acto, estuve a su merced; era un barco a la deriva en el mar, sin dirección. El éxtasis fue menguando y, en un momento, me encontré encima de él con mis ojos cerrados, jadeando.