Capítulo 1068 El «hubiera» no existe
Jesús eran un hombre directo, así que no entendió muy bien las palabras del oficial. Había estado un poco atónito por un tiempo antes entonces solo le asintió, pero con un gesto vacío, aparentando ser un poco tontito. El policía dijo unas cuantas palabras más y después nos retiramos de la estación; solo entonces, fue que Jesús me reconoció y murmuró apenado. —Muchas gracias por seguirnos. Le debo una. —Le contesté con una sonrisa y les indiqué que se marcharan a casa, ya que se estaba haciendo muy tarde.
Emilia puso su mano sobre mi hombro y me comentó: —Ese muchacho parece ser simple y honesto, pero la muchacha parece tener ambiciones y aspiraciones. ¿Ella trabaja en la compañía de Álvaro?
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