Capítulo 239 No soy una santa
Simplemente me limité a escucharla incluso le pidió al mesero que le sirviera café otra vez.
—Cuando tenía 24 años empezamos a imaginar nuestro futuro juntos. Incluso solía imaginar cómo sería mi vida con él después de casarnos; todo me parecía tan maravilloso y sabía que valdría la pena esperar, pero a querer o no terminé por darme cuenta de lo cruel que podría ser la realidad. Muy pocos de los que nacen dentro de una familia ordinaria tienen la posibilidad de ganarse el respeto de los demás; solo aquellos que nacen en la nobleza son dotados con superioridad y una elegancia que los hace destacar entre la multitud. —Entonces me miró con un desprecio que era notable en sus ojos—, muy pocas personas poseen esa nobleza con naturalidad, porque ese tipo de rasgos ya se llevan en la sangre.
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