¡Esto fue una gloria para todo el Cetos! Su nombre, Sandra Olmedo, sin duda pasaría a la historia. Al ver el video en directo, en el que Sandra se conmovía mientras sostenía la medalla de oro, Celso sintió un escalofrío que le recorría la espalda, pero no sabía por qué.
—Celso, ven a mi oficina.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread