—He construido diez Escuelas de la Esperanza bajo el nombre de Leila, para que se brinden más oportunidades de escolarización a los niños que viven en las montañas. No tienen que pagar un solo centavo de alquiler o comida. ¡Espero que a ella le guste este regalo mío!
Un aplauso atronador estalló allí mismo e incluso Sofía se unió. Aunque la principal razón de la familia Heredia para hacer caridad era aumentar su popularidad, de todos modos igual lo hacían. Sin embargo, a Leila no le gustó nada. ¡Lo que ella quería era el Amor Eterno, no unas pobres escuelas de esperanza!
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