Mientras el auto se dirigía a casa, Cayetano abrazaba a Carmen en sus brazos mientras Sofía continuaba sollozando en silencio. Las heridas en su rostro aún no se habían recuperado por completo. Débilmente se apoyó en el hombro de Lorenzo y enterró su rostro en sus brazos mientras él la consolaba. Como estuvo muy tensa durante todo el día, la oportunidad actual de relajarse por un segundo la hizo relajarse y quedarse dormida en cuestión de segundos.
Incluso si se quedaba dormida, había una lágrima en la comisura de sus ojos.
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