Capítulo 449 Una espada para el sello

Sofía se consideraba conocedora de la historia, ya que una vez se presentó a un examen de historia por una amiga que apenas estudiaba. Por lo tanto, era consciente de lo que valía el Sello Imperial y sabía que nunca podría permitirse algo tan preciado como eso. «Ni siquiera yo puedo permitirme ese artefacto, y mucho menos Nadia, ¡y dudo que pudiera permitírselo aunque vendiera a toda la familia Martínez! Bueno, supongo que esa es la razón por la que se considera un tesoro nacional. No obstante, el donante anónimo utilizó mi alias, según las noticias. ¿Quién está tan forrado para gastar semejante fortuna en este artefacto? Después de todo, ni siquiera el dinero puede comprarlo». Al pensar en eso, Sofía no pudo evitar sentirse confundida sobre el misterioso donante. Pronto, el chat del grupo fue bombardeado con mensajes de Sergio.