Mientras la pareja estaba sentada en esa mesa, habían sido descuidados durante todo el evento; el ambiente alrededor era muy incómodo. Sintiéndose bastante aburrida, Sofía echó un vistazo para ver si la cena había comenzado. Entonces se levantó para tomar algo de comer.
La mirada de Miguel la siguió. Llevaba una blusa que le cubría las rodillas, pero sus bonitas pantorrillas quedaban al descubierto. Eran tiernas, claras e increíblemente adorables. Después de hacer un tratamiento de cicatrización con láser en su tobillo, la marca se había curado por completo. Como no había ninguna cicatriz a la vista, Sofía se atrevió a mostrar también su tobillo.
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