La voz del hombre estaba ronca después de un día entero vendiendo seguros, por eso hablaba en voz baja. A pesar de eso, Sofía aún podía escucharlo.
Ella se dio la vuelta y se quitó la mascarilla mientras lo miraba. Lo que vio fue un rostro desconocido, cansado y abatido. No tenía ningún recuerdo de ese rostro en sus memorias.
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