Al ver ese rostro, Miguel sintió cómo su corazón le subía a la garganta. Mientras miraba fijamente ese rostro que hasta ahora solo existía en sus recuerdos más profundos, era como si hubiera olvidado respirar o hablar.
"¿Quién eres tú?" Retrocedió unos pasos por miedo. Cuando habló, su voz sonaba temblorosa y podía sentir cómo le castañeaban los dientes. Además de eso, todo su cuerpo temblaba por las abrumadoras emociones.
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