Justo en ese momento, la alarma del robot se disparó y la alertó de que algo se acercaba con rapidez. De inmediato puso el robot en modo de reposo y parecía un robot normal. Aunque alguien se diera cuenta, sólo pensaría que se trataba de un robot de juguete que había caído de forma accidental al suelo. Sin embargo, Leila palideció de asombro cuando vio que esa cosa se acercaba.
En cuestión de segundos, el robot fue arrastrado, chocado y golpeado mientras era mordido por algo. Pronto, la imagen desapareció y ya no se podía conectar. Parecía que estaba dañado. La última escena que se transmitió fue una feroz cabeza de perro.
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