Betsy lucía un rostro completamente maquillado y un vestido corto y escotado que dejaba ver sus largas piernas. En ese momento, intentaba alimentar a Horacio, quien se negaba a abrir la boca. Su rostro pequeño mostraba una expresión fría y distante.
"¡Horacio!" En ese instante, Sarah apareció en la puerta y lo llamó ansiosamente. Horacio, con la espalda hacia la puerta, se giró para mirarla a ella y a las personas que la acompañaban. Comparaba las fuerzas de su madre y Betsy, contemplando si correr hacia su madre o seguir actuando como si no la conociera.
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