Abel tenía su máscara puesta todo el tiempo: su aspecto era impactante y no quería asustar a su hijo. Mientras tanto, el estado mental de Cecilia mostraba una gran mejoría a lo largo de su recuperación y Abel por fin podía desprenderse de la carga que había pesado sobre sus hombros durante años ahora que el líder de Lobo Fantasma estaba muerto. Su familia pudo por fin reunirse. Cuando Cecilia pudo por fin ver a su hijo, saludó a Nahuel felizmente mientras gritaba:
—Nahuel, querido...
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