Miguel había hecho su investigación de antemano: Tania se había vuelto a casar con la cabeza de la familia Correa y había asumido la identidad de un expatriado que acababa de regresar al país. Camilo tenía dieciséis años cuando eso ocurrió. Los Correa no sabían de la relación entre ambos, y Horacio cambió su nombre por el de Camilo, convirtiéndose en un hijo de la Familia Correa después de que Tana se casara. Hasta hoy, los Correa seguían sin conocer la verdadera identidad de Tania y Camilo. Cuando los dos desaparecieron juntos, los Correa asumieron que habían sido secuestrados por Lobo Fantasma. Sin embargo, sólo recibieron una única urna de cenizas cuando dos personas habían desaparecido.
El funeral de Camilo se celebró en un día cálido y soleado en plena primavera. Un buen número de estudiantes y profesores de la Universidad de Bahía asistieron al funeral. A sus ojos, él no era más que un hombre típico y un profesor destacado; era un noble soldado que se había sacrificado por el bien de sus propios alumnos. El último estado que había publicado en sus redes sociales era:
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