Después de escuchar las grabaciones de audio, sólo hubo silencio e incomodidad entre los dos en la mesa del comedor. Fue entonces cuando Sofía supo por fin que Sergio había sido golpeado de nuevo.
Apartó el teléfono y bajó la cabeza sin decir nada. Utilizó su par de palillos para hurgar en su plato vacío, pero sus oídos se agudizaron para escuchar lo que Miguel tenía que decir. Debería tener algo que decir por lo que había pasado ayer.
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