Linus, quien estaba de pie a un lado, impacientemente le dijo a Jordan: "Realmente Anna no está aquí..."
Jordan miró a Cooper, quien estaba en la cama levantando la cabeza para mirar al primero. Intercambiaron miradas amenazantes entre ellos: uno tan firme como una roca y el otro tan ardiente como un volcán, haciendo que chispas invisibles parpadearan en el aire.
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