Las palabras de Sofía hicieron que todos se callaran. Los murmullos se acallaron, sumiendo el pasillo de los alumnos en un completo silencio. Incluso Nadia no sabía qué responder.
De repente, Lorenzp, que estaba de pie a un lado, tomó la delantera y aplaudió dos veces. Como una reacción en cadena, se produjo un estruendoso aplauso. Nadia, en efecto, no estaba cualificada.
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