«Mi familia perdió decenas de millones sin razón alguna por las falsas acusaciones de Sofía y hasta nos convertimos en el hazmerreír de las élites adineradas». Aunque Karina sabía que Sofía no era capaz de ir sola contra su familia y que había alguien moviendo los hilos, siguió queriendo arrancarle la cara a esta última nada más verla.
Se dirigió hacia ella de forma instintiva, pero no esperaba ser detenida por un par de manos en sus brazos.
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