Miguel, que había llevado un susto, sudaba profusamente. El sudor le caía por la cara mientras explicaba: "Celie, este es tu hijo. Solo está aquí para verte. No te preocupes, no haremos nada imprudente".
Al ver que Carmen sollozaba, Miguel inmediatamente la calmó para evitar que agitara a Celine. "Carmen, ya hemos empezado a grabar, así que tienes que portarte bien. No puedes llorar ahora. Voy a empezar a decir mis líneas".
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread