Todo el mundo se quedó boquiabierto.
Las dos recepcionistas también se sobresaltaron. Aquella era la Avenida Reyes de Ciudad Bahía; uno no podría comprar ni un metro cuadrado de propiedad allí sin gastarse al menos 40 mil o 50 mil en ello. Ahora mismo, Sergio planeaba darles los apartamentos para... ¡¿quietarles el miedo?!
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