Miguel se sintió extremadamente sospechoso al darse cuenta de lo diferente que se comportaba Sofía después de hablar con el viejo monje. Parecía estar guardando algo para sí misma, tanto que la sonrisa en su rostro parecía fingida.
Esperó una oportunidad en la que Sofía no estuviera cerca para preguntarle al viejo monje qué había pasado. El viejo monje simplemente respondió de manera ambigua: "Deja que la naturaleza siga su curso".
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