Al estar un grupo de ídolos jugando al baloncesto, no resultaba extraño que hubieran atraído a muchos espectadores.
La Universidad de Bahía era la alma mater de Michael y Harry, por lo que los dos eran vistos con frecuencia en la escuela, al punto en que los estudiantes ya no se sorprendían al verlos. En este momento, los estudiantes que no tenían nada que hacer se habían reunido para presenciar el juego.
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