El repentino giro de los acontecimientos pilló a todos completamente desprevenidos. No fue hasta que la multitud se acercó cuando se dieron cuenta de que la figura no era otra que el propio Chu Tianfan.
—¿Qué estás haciendo, Ye Fan? ¿Has perdido la cabeza o algo? —Ye Qingtian gritó con una mirada sombría en su rostro después de tomarse un momento para estabilizarse.
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