Después de ser retenida por sus subordinados, fue demasiado tarde para que Tang Yun pudiera ayudar aunque quisiera. En ese momento, el ataque de Chu Yuan estaba a punto de conectar.
—¡Ye Fan, cuidado! —La Diosa de la Luna gritó con ansiedad desde lejos.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread