Los celos se agitaron dentro de las tripas de Chu Qi-Tian. Fue entonces cuando el jefe de los ancianos se dio cuenta de que algo andaba mal.
—Algo no está bien. Líder de la Secta, usted es la única mujer que se ha colocado en las tres primeras posiciones del Ranking del Cielo. Los otros dos son grandes maestros masculinos. Esa joven no puede ser uno de ellos. ¿Quién es ella? A juzgar por los poderes que ha mostrado, está claro que no es una cualquiera —dijo el anciano jefe con solemnidad mientras fruncía el ceño.
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