Ye Fan dijo todas estas cosas con calma mientras bebía su té. Ye Qing-Tian no sabía cómo responderle. Abrió la boca para hablar, pero no salió nada. Sólo se limitó a reír con tristeza.
—Está bien, está bien. Se suponía que iba a venir aquí para enseñarte un par de cosas, pero tú acabaste educándome a mí. Olvídalo, no hablemos más de este asunto. Ya he hecho mis investigaciones y sé que no fuiste tú quien inició la pelea en primer lugar. El único problema fue que te desquitaste con demasiada fiereza.
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