—¿A qué te refieres con que estoy reclamando la propiedad de alguien más? Por tantos años, Qiu Mu-Cheng ha estado comiendo y viviendo bien gracias a la familia Qiu y ha tomado tanto de nosotros. Así que, ¿qué hay de malo con que la familia Qiu le quite una piedra? ¿Piensas que esta Qiu Mu-Cheng se atrevería a ir en contra de la familia y demandarnos? —dijo Qiu Mu-Ying con una fría sonrisa.
Se sentía con todo el derecho de tomar esta jadeíta como si fuera suya.
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