—¡Mu-Cheng, eso significa que esos dos boletos que tienes son reales! —Su Qian estaba tan emocionada que se estaba volviendo loca.
Qiu Mu-Cheng también se llenó de un tremendo sobresalto y asombro. En un inicio sospecharon que estos dos boletos eran falsos, pero como la dueña del centro comercial había inspeccionado los boletos y los había avalado, entonces ya no había dudas de que podían ser falsos.
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