Ye Ya quería abogar por su hijo y ayudarle a mantener su trabajo en la empresa, pero ya no tenía el descaro de hacerlo. Aunque era su hijo, no podía soportar escuchar lo que hacía, y mucho menos esperaba que lo hiciera Ye Fan.
—Fan, he fallado en la educación de mi hijo. Me lavaré las manos en este asunto, así que puedes hacer lo que quieras con él. —Después de regañar a Ye Jian, Ye Ya no tuvo la desfachatez de rogar a Ye Fan.
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