—¡Muere! —Chu Yuan soltó un rugido de ira. Su rugido fue como un rayo que rompía la vasta oscuridad mientras su enorme dedo cubría el horizonte como una cortina.
El sonido de la explosión fue tan ensordecedor que destrozó los huesos de todos. Incluso si se escondían en algún lugar alejado, sus narices y bocas seguían sangrando debido a la explosión.
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