Por un momento, las maldiciones resonaron sin cesar en las montañas. En ese instante, Ye Fan ya había cesado su ataque. Permaneció arrogante en el vacío, mirando a los espectadores y al Super Titán que había derribado al suelo, con el rostro inexpresivo
Nadie sabía lo que Ye Fan estaba pensando en ese momento. Sin embargo, la batalla no terminó ahí.
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