Nadie sabía lo enfadado que estaba Ye Fan. Le había dicho a Li Er que se quedara en Yunzhou para ayudar a Qiu Mu-Cheng y cuidar de su familia. Y ahora, Li Er decía que ni siquiera sabía qué había sido de ellas. En otras palabras, no sabía quién había secuestrado a Qiu Mu-Cheng.
Ye Fan estaba furioso, como no podía ser de otra manera.
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